Él preocúpate y él ocúpate en tiempo
de COVID-19
En el convivir de las personas, se observan acciones que inducen a pensar, ya sea con razón lógico o no, preocupaciones económicas, políticas, religiosas y de otras índoles; que delatan las debilidades e iniquidades humanas de incomprensiones familiares y sociales insatisfechas; debido a lo mejor, a que no se ha sabido direccionar organización mental cerebral, en las ocupaciones hogareñas y desempeños de laborales públicas y privadas; o de los llamados trabajos informales.
La severidad de lo que está sucediendo con lo del
COVID-19, demanda una mayor preocupación por parte de la población mundial; en
cuanto saberse ocupar con entereza incondicional, a la protección y al cuidado
de las personas y todo cuanto les rodea, sin escatimar esfuerzos; porque de lo
que se trata es, de salvar vida. Eso debe ser, lo más preciado y sagrado de la
existencia humana.
En el diario vivir, las personas muestran
preocupaciones diversas, por lo que forman parte de la misma existencia humana;
las que, por su naturaleza, provocan estado de intranquilidad y desasosiego;
ocasionando dislocamiento mental, lo que puede generar, en acciones delictivas.
La preocupación por ser dañina paraliza
pensamientos positivos con pretensiones de superación y se le puede considerar
como peligrosa, en un proceso de desarrollo integral de una persona,
obstaculizando su libre obseso a la consecución de lograr poner en práctica,
los pensamientos de buena conducta y comportamiento, que se generan en su
sistema celebrar.
Él preocúpate menos, puede ser entonces, la manera
de lograr salud mental. Entonces lo sugerible sería, poner en práctica, él
ocúpate, procurando prevenir y resolver problemas, para que el convivir de las
personas, pueda transcurrir con normalidad.
Las preocupaciones agobian de carga negativas
emociónales, la mente de las personas; por lo que es posible, que el COVID-19
por ejemplo, sea un virus o enfermedad, con una incidencia tan alta de
fallecimiento y de infectados en el mundo, a consecuencia de que se vive más
preocupado que ocupado, en cuanto a enfrentar la pandemia, que mantiene en
estado de alerta a la humanidad.
Es posible, que el sufrimiento que confronta gran
parte de la población mundial, sea un mal innecesario, en el entendido de haber
ignorado el llamado inicial de alerta sobre cómo prevenir la propagación del
virus; por lo que se puede decir, que en ese momento predominó más, él
preocúpate que él ocúpate.
En conformidad con lo que se explica, se sugiere
tomar en cuenta, lo planteado en la siguiente dirección cibernética, https://www.holasoyale.com/en-busca-de-tu-felicidad/preocupate-menos-ocupate-mas/; donde se recomiendan ocho pasos para dejar de lado él preocúpate y hacer posible él ocúpate: “1-
Mantente ocupado con alguna actividad constructiva. 2- No le des demasiada
importancia a las cosas. 3- Acepta la realidad, coopera con aquello que es
inevitable, siguiendo el camino de la no resistencia. 4- Cultiva una afición,
hace ejercicio físico.5- Cambia la alimentación, por una más sana. 6- Duerme
bien, practica el relajamiento. 7- Busca la armonía mediante la naturaleza. 8-
Cultiva la espiritualidad, mediante la oración y la meditación.
En consecuencia, él ocúpate debe ser el norte sobre
él preocúpate para poder salir con éxitos, ante la amenaza de destrucción y
muerte que representa el COVID-19 para las personas; por lo que es de
procedimiento, concienciar sobre motivar cómo crear pensamientos positivos,
para disminuir la incidencia y la influencia de la pandemia en lo mental
celebrar, con la intervención del conocimiento neuropsicológico.