lunes, 11 de febrero de 2019


Cuidar de no repetir los errores del 2018





Por: Dr. Pascual Ramos Núñez Ph.D
El inicio del 2019, debe reactivar el pensar de ser personas preocupadas porque triunfe la práctica de la solidaridad; como uno de los mejores antídotos, que puede curar el cáncer de la corrupción, la criminalidad, la delincuencia, el terrorismo, el tráfico y consumo de sustancias narcóticas; entre otras cuestiones de inconducta y mal comportamiento, para que pueda ser posible la convivencia fraterna.
    
En conformidad con lo afirmado, se estaría contribuyendo con el principio humanístico del respeto mutuo, razón que alimenta lo que se conoce con el nombre de: “Estabilidad familiar y social”. Asunto anhelado por todos los hombres y mujeres de buena voluntad; que siguen manteniendo la esperanza de que lo planteado, se pueda lograr en su máxima expresión.  
       
La sociedad requiere de actores con vocación de servicio, en donde exista la idea de promocionar la creación de proyectos, con objetivos fundamentados en el bien colectivo, sirviendo de garantía en un presente con visión de futuro; buscando con esto, que las nuevas generaciones se puedan sentir orgullosas de las anteriores.
      
Se trata de comprender, que se anda por un camino equivocado y que se debe crear conciencia de que sí se puede vivir en armonía consigo mismo y con los demás; sin importar la condición humana en la que se encuentre. Hay que ser positivo en medio de las dificultades, para que triunfe el bien; destacándose la originalidad y la honestidad.
   
La realidad en la que se vive, demanda de acciones, en donde la incidencia del fantasma del divisionismo político, esté ausente; por entender, que esto alimenta el fortalecimiento de los males sociales, confrontado por la población, que en la mayoría de los casos, se muestra indefensa ante el abuso de poder, como monstruo de siete cabeza, que amenaza con destruir los principios de Estado democrático de derecho; sobre los cuales se fundamentaron los padres fundadores de la Nación; haciendo valer la proclama de: “Dios, Patria y Libertad”.
       
En tal sentido, hay que saber poner en práctica las afirmaciones de la sabiduría popular, cuando refiere lo siguiente: “El que se lleva de consejo, muere de viejo”, porque: “La experiencia no engaña”; sirviendo lo expresado, de lección resultante de la escuela de la vida, estando claro, que: “Los tropezones hacen levantar los pies”; con lo que se motiva la reflexión, de cómo poner en alto, pensamientos históricas tan importantes, como por ejemplo; ese del político mexicano Benito Juárez, de que: “Entre los individuos, como entre las Naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”.
   
La célebre frase y las argumentaciones producto del diario vivir de las personas, pueden muy bien enseñar, por dónde se debe motivar el diálogo, que origine las conclusiones adecuadas, desde donde puedan surgir las recomendaciones, que indiquen qué se debe hacer, para que los inconvenientes señalados sean resueltos; constituyéndose en estrategias de agenda nacional, por el progreso y prosperidad  de la población, en sentido general.
       
Los errores del 2018, deben servir de lección para que la experiencia negativa no se vuelva a repetir; por lo que se requiere de hombres y mujeres con la capacidad de convertir problemas en posibilidades de convivencia, donde triunfe el deseo de hacer realidad, propuestas como la de proteger y cuidar la biodiversidad, escogiendo una dentro de tantas sugerencias, dirigidas a preservar la existencia humana en la tierra.
       
Hay que continuar adelante, pero con visión de futuro, siendo dignos representantes de los valores éticos y morales, enarbolados por los independentistas del país: “Colocado en el mismo trayecto del sol”, sentencia del poeta Don Pedro Mir, dejando a la interpretación de los lectores, el patriótico aporte, de que República Dominica debe ser faro de luz, donde se respeten los Derechos Humanos. 

viernes, 8 de febrero de 2019


Originalidad en ejercicio profesional y profesionista

Por: Dr. Pascual Ramos Núñez Ph.D
Las instituciones, supermercados misceláneas, empresas e industrias; están requiriendo mayor originalidad por parte de quienes con un título universitario, gozan de un puesto de trabajo, conforme la capacidad lograda en los estudios realizados; ya sea de nivel técnico, de grado y de postgrado.
 
Esto indica, que el empoderamiento del conocimiento, tiene que ser fundamentado en lo disciplinar e interdisciplinar; debiendo estar abalado por los avances que de manera rápida continua, experimenta el sistema tecnológico cibernético y de telecomunicaciones, en una sociedad cada día más globalizada, donde se demanda de bienes y servicios; bajo los estándares de calidad, eficiencia y eficacia; principios laborales tomados muy en cuenta, por firmas acreditadoras internacionales.
     
A esto se suma, el toque de originalidad profesional y profesionista; conceptualizaciones que tienen razón de ser, en un mercado donde la economía se globaliza, a ritmo sin precedentes y con resultados impredecibles; rompiendo las barreras incluso, de las limitaciones fronterizas de ofertas y demandas de  bienes y servicios; gracias al revolucionario e innovador sistema de la compra y venta por Internet.
     
El espíritu creador en emprendimiento no se detiene y aquellos paradigmas educativos que no se ajusten a las normativas requeridas, corren el gran riesgo de ser reciclados y descontinuados; por lo que se impone la Era Digital, reforzándose con esto, el sistema de enseñanza aprendizaje virtual, que rompe fronteras idiomáticas, como se ha afirmado en otras publicaciones de artículos y ensayos, producidos en la presente columna, de: Entre Comunicación y Psicología; precisando la importancia académica científica e intelectual, del traductor de Google.
     
El surgimiento de universidades en líneas y de programas educativos por competencias disciplinar e interdisciplinar, que incluyen ofrecer asignaturas a distancia por medios electrónicos como la radio, la televisión e Internet; sugieren, con la inclusión del dominio del lenguaje cibernético de profesores y estudiantes cibernautas; que los intelectuales del escenario universitario en especial, se unan de manera mayoritaria, a forman parte sin contemplación, del creativo e innovador paradigma educativo; por ser una de las principales características, que definen a la sociedad del conocimiento o de la información global.
     
Con respecto a lo que se argumenta, partiendo de la idea profesional y profesionista; es importante aclarar, tomando de referencia lo que se explica al navegar por https://diferencias.eu/entre-profesional-y-profesionista/, lo siguiente: “Profesional se aplica a la persona que ejerce una profesión y ésta se refiere a la realización del oficio que requiere de dos aspectos fundamentales: 1. a) Una formación determinada, es decir, una capacitación. 2. b) Calidad del servicio que presta o labor que realiza”.
     
La información instruye también, que: “La palabra profesional se refiere además a la persona que ejerce su oficio con disciplina y compromiso. Es importante señalar que el término profesional aplica no sólo a quien posee formación académica sino también a toda persona que desarrolla una labor de forma especializada habiéndose formado en universidades, por su propia cuenta o en instituciones, academias que no acreditan u otras como los deportistas de alto nivel que son considerados profesionales en sus áreas de dominio”.
     
La orientación cibernética precisa en sus puntualizaciones académicas; refiriéndose a la conceptualización de profesionista, lo siguiente: “1. a) Un título o documentación que le certifique la formación y que lo acredite para la práctica, siendo otorgado por instituciones universitarias”; entre otros puntos de índoles de formación integral, de igual importancia que el notificado. Enseñando en ese orden de ideas, la lid de la Web, que: “Un profesionista es entonces, la persona egresada de una casa de estudios de nivel superior, que obtiene un  título que le acredita a ejercer el oficio para el cual fue formada”.
     
En virtud de lo sentenciado, es de considerar, que todo ejercicio profesional y profesionista, debe dejar huellas que patenticen originalidad laboral; donde se exhiba garantía de calidad intelectual, sellado con tinta indeleble, de que en ese escenario prevalece la eficiencia y la eficacia de una persona emprendedora, que supo crear estilo propio en su quehacer ocupacional; demostrando dominio de compromiso ético y moral en lo disciplinar e interdisciplinar; con conocimientos de “causas y efectos”, en la Era Digital