El desgaste ético, moral y de amor cívico nacionalista;
acrecienta el surgimiento de una generación poco pensante y con inclinación al
soborno, chantaje y al gusto por lo fácil; donde el ser decente y disciplinado,
es considerado rareza de un pasado, caracterizado por el respeto incondicional
a las buenas costumbres y tradiciones culturales; cimentadas en los valores
Trinitarios de: Dios, Patria y Libertad.
Es penoso verificar, cómo gran parte de la juventud actual
está dejando pasar la efímera época de los años dorados; inmerso en el
libertinaje de los llamados vicios modernos, que van convirtiendo su cuerpo, en
anatomía esquelética con probabilidad de vida relativamente corta; convirtiéndose
en promotores idiotizados de falsas ideologías políticas y creencias
denominadas religiosas; bajo la dirección de engreídos individualistas que
acrecientan el odio y la inestabilidad social.
Es degradante tener que soportar escuchar afirmaciones,
como: ‘Es que quien me atracó ya está suelto’. ‘Es ido varias veces a la
fiscalía de géneros a denunciar el mal trato que recibo de mí pareja y dejan
pasar el tiempo’. ‘Por donde vivó hay un puesto de drogas, pero no me atrevo a
denunciarlo, porque en el destacamento de la policía, hay agentes que de vez en
cuanto visitan el lugar, para recibir dinero’. ‘Las autoridades son cómplices
de los delincuentes’; entre otras acciones que legalmente riñen, con las leyes
fundamentas en la Constitución de la República.
El sistema imperante cómplice de la degradación social,
sentencia de culpable sobre lo que está pasando; a la familia, desvinculándose
de la situación que ningún gobierno ha podido resolver; por lo que es bueno sentenciar,
que es en el seno de esa sociedad, donde las personas se están encontrando con
la realidad de los atracos, corrupción, criminalidad, tráfico y consumo de
sustancias narcóticas; entre otras aberraciones humanas, generando inseguridad
ciudadana. Entonces es en el seno de la sociedad y en las cárceles, donde se
están formando los denominados delincuentes callejeros/comunes y de sacos y
corbatas.